lunes, agosto 29, 2011

CARTA A LOS HIJOS EN TIEMPOS DE VALENTÍA, Misiva de una madre a una alumna en toma.

Queridos hijos estamos viviendo momentos de grandes cambios, momentos  en que Chile y el mundo están despertando de su letargo, estamos viendo cómo en cada esquina se está gestando la esperanza de un mañana mejor para todos.
A nosotros nos tocaron tiempos grises donde debíamos estrechar lazos para sobrevivir, tiempos en que también nos enamoramos tras las expulsiones de la universidad o tras la barricada, amor en tiempos de trincheras fue nuestra historia y la de ustedes mismos. Hijos, amados hijos ustedes fueron gestados en tiempos de dictadura y a medida que nacían, nuestros corazones se llenaban de ilusiones y sonrisas, vinieron a poner un  bálsamo a nuestra vida después de tanta lucha, la que por cierto fue intensa….
¡Logramos sacar la dictadura de este país, porque queríamos un país libre para ustedes, nuestros amados hijos!
Pero nada pudimos hacer contra la ley universitaria del desfinanciamiento estatal en 1982, ni nada pudimos hacer cuando nos obligaron a entregar parte de nuestro salario a señores privados que se llaman AFP, nada pudimos hacer cuando nos jibarizaron la Salud, nada pudimos hacer cuando se privatizaron nuestras necesidades básicas. Y ¿saben por qué no pudimos hacer nada? Porque ya no nos juntábamos a dialogar, nuestros lazos se habían cortado, todos estábamos muy ocupados, los amigos, los compañeros ya no tenían tiempo y así, divididos, solitarios, nos fuimos quedando en silencio, asintiendo a la gran estafa que se cierne hasta hoy día sobre cada uno de ustedes y cada uno de nosotros.
Pero ahora ustedes,  hijos  amados, que crecieron entre canciones de Silvio, Víctor, Violeta, Inti, Quilapayún y otros tantos más, están despertando y luchando por cambiar un sistema económico y político que nos oprime. Quiero decirles que estoy muy orgullosa de su claridad, de su entrega y de sus decisiones, han entendido que la Educación es un Derecho y No un Bien de Consumo, que la Salud, las Jubilaciones Dignas son un Derecho y No un Privilegio.
La lucha se nos hace ardua, porque aquellos que tienen el verdadero poder, no soltarán fácilmente lo que nos han robado, es decir, no soltarán fácilmente el Cobre, el Litio, el Agua, los Bosques, los peces. Los poderosos tienen  a sus títeres administrando su sistema financiero: El Gobierno y las fuerzas del “orden”, que más bien son las fuerzas para mantener el desorden. Todos sabemos que existe un DESORDEN INSTITUCIONALIZADO, que nos quita el aliento. Cuando compramos una casa, debemos pagar tres casas para tener una, cuando nace un bebé podemos llegar a saber cuánto va a ganar en 30 años más si conocemos su dirección, cuando nuestras hijas llegan a la edad reproductiva nos aumentan nuestros planes de salud, porque se castiga la posibilidad de la maternidad, los mismos que dicen defender la vida y oponerse al aborto… y a esto se llama “orden”. Todos los días de nuestra vida pagamos y pagamos… ¡Y no somos los que hemos cometido pecado!
Ustedes y nosotros cambiaremos este sistema, construiremos un amanecer lleno de esperanzas, donde sus hijos, nuestros nietos crezcan libres e iguales, donde los seres humanos recobremos no solo la libertad sino además la dignidad. Sabemos que el peligro se nos viene encima, porque los poderosos están como lobos feroces y es verdad, que nuestro pecho se retuerce, nuestro corazón se entume de dolor… no queremos que nada dañino les pase a ustedes, nuestros amados hijos, nuestra razón de existir. Pero sin lucha no hay cambio, sin lucha no hay libertad, sin lucha no hay dignidad. Desde aquí y a su lado les doy un abrazo, un beso con miedo y con valentía, pero con el infinito amor que les profeso cada día y cada noche.

Una bióloga- profesora- madre- esposa- hermana- hija- tía.
(Extraído del Diario El Ciudadano. Año 7 Nº 108.)

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