martes, mayo 03, 2005

Soldado protagonista de torturas en Abu Ghraib se declaró culpable

Defensa negoció con la acusación un acuerdo que llevó a Lynndie England a admitir siete de los nueve cargos que pesaban en su contra. A cambio, sus abogados lograron que se retirasen los dos cargos restantes.

Lynndie England, la joven soldado estadounidense que se convirtió en la cara visible de los abusos y las torturas en la prisión iraquí de Abu Ghraib, entonó hoy el "mea culpa" para conseguir una reducción de su condena.
La defensa negoció con la acusación un acuerdo que llevó a England, de 22 años, a admitir siete de los nueve cargos que pesaban en su contra. A cambio, sus abogados lograron que se retirasen los dos cargos restantes.
Con un escueto "sí señor", la soldado dejó claro que comprendía sus derechos y las consecuencias de su declaración cuando asumió la culpabilidad de dos delitos de conspiración, cuatro de maltrato de prisioneros y uno de negligencia en el cumplimiento del deber.
La acusación retiró un cargo relacionado con la comisión de actos indecentes contra reclusos iraquíes y otro por desobedecer órdenes de sus superiores.
El juez militar que lleva el caso, el coronel James Pohl, deberá pronunciarse ahora sobre si acepta o no su declaración de culpabilidad.
En caso de que lo haga, un jurado integrado por oficiales y soldados alistados decidirá la pena contra England que, gracias al pacto entre la defensa y la acusación, se verá reducida de un máximo posible de 16 años y medio de prisión a un máximo de 11 años.
La defensa intentará que su veredicto no sea tan duro, con el argumento de que la joven soldado sufre serias discapacidades y problemas mentales, tal y como anunció la semana pasada su abogado, Rick Hernández.

Fallo saldría esta semana

Está previsto que a finales de esta misma semana se conozca el fallo final contra esta mujer que hace justo un año, cuando se destapó el escándalo de los abusos, pasó del anonimato a convertirse en la protagonista de uno de los episodios más dañinos para la imagen de Estados Unidos en todo el mundo.
La reservista del Ejército apareció en varias fotografías que dieron la vuelta al mundo y que reflejan, de forma muy gráfica, las humillaciones, maltratos, abusos y vejaciones sexuales que sufrieron los reclusos de la cárcel de Abu Ghraib, situada a las afueras de Bagdad, por parte de sus captores estadounidenses.
En una de esas fotografías, England aparece apuntando a los genitales de un prisionero, con un cigarrillo en la mano y una amplia sonrisa. En otra, se la ve tirando de una correa amarrada al cuello de un prisionero desnudo.
Son imágenes que contrastan con el físico de esta menuda soldado, que se defendió siempre con el argumento de que se limitaba a cumplir órdenes de sus superiores para "ablandar" a los prisioneros.
Hoy mismo declaró que asumía que su actitud fue incorrecta y que sólo hizo lo que le pidieron.
En mayo del año pasado, en sus primeras declaraciones desde que se destapó el escándalo, la acusada aseguró a una cadena de televisión de Denver (Colorado) que el abuso a los reclusos iraquíes era todavía más grave de lo que todo el mundo pudo ver en esas fotografías.
Sus familiares y amigos cercanos siguen sin dar crédito a lo ocurrido y al gran revuelo generado en su pueblo, la pequeña localidad rural de Fort Ashby, en Virginia Occidental.
El caso sorprendió aún más porque, cuando saltó a la luz, England estaba embarazada de varios meses y, al parecer, quien entonces era su pareja era el líder del grupo de militares estadounidenses que protagonizó los abusos.
Se trata de Charles Graner, definido por una de sus víctimas como el "principal torturador", durante el consejo de guerra que en enero le condenó a diez años de prisión.
Graner, considerado el padre del hijo que England dio a luz en octubre de 2004, se casó el mes pasado con la soldado Megan Ambuhl, otra de las implicadas en el mismo caso.
En total, son siete miembros de la policía militar y los servicios de inteligencia del Ejército de EEUU -todos ellos soldados u oficiales de bajo rango-, los que fueron acusados formalmente de distintos cargos relacionados con el abuso, maltrato y humillación de los reclusos de Abu Ghraib.
Sin embargo, ningún responsable de la prisión o de las fuerzas estadounidenses en Irak ha sido acusado por el escándalo, que estalló hace poco más de un año.
EFE
(Tomado de El Mostrador)

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